El 7 de junio del 2012 en torno a las
celebraciones del Jueves de Corpus Christi y la Festividad de la Santísima
Trinidad, Culhuacán fue reconocido como Barrio Mágico de la Ciudad de México. A
un año de tal acontecimiento publicó el mensaje que en aquel día tuve
oportunidad de pronunciar como Cronista de Culhuacán.
MENSAJE DE BIENVENIDA A LA CEREMONIA DE
ENTREGA DEL PERGAMINO QUE ACREDITA AL PUEBLO DE CULHUACÁN COMO
BARRIO MÁGICO TURÍSTICO DE LA CIUDAD DE
MÉXICO
Buenas tardes.
Es para mí muy significativo abrir este
evento tan importante que sin duda alguna quedará guardado en nuestras mentes y
estará presente a lo largo de nuestra vida y en la de las futuras generaciones.
Formalmente les doy la bienvenida a todos los
que hoy nos honran con su asistencia a esta ceremonia festiva a nombre del
Pueblo de Culhuacán y sus barrios, y del Comité Pro Barrio Mágico. En especial,
agradecemos la presencia de la Delegada de Iztapalapa Clara Brugada Molina, del
Secretario de Turismo del Distrito Federal Carlos Mackinlay, de los
representantes del gobierno y demás autoridades e invitados especiales.
En este día quizá a muchos les surge la
pregunta de ¿Por qué Culhuacán ha sido tomado en cuenta para recibir este
reconocimiento?, a lo que yo contestaría con tres conceptos: por su historia,
su patrimonio y por su identidad.
Culhuacán al ser fundado en el 670 d.C. ha
sido considerado como el primer pueblo de la cuenca de México, pues en este
2012 está cumpliendo 1342 años de haber surgido. Su nombre conlleva el
significado de ¨lugar de culhuas¨ o ¨cerro torcido o inclinado¨ debido a su
relación con el cerro Huizachtepetl hoy conocido como Cerro de la Estrella.
Durante la época precolombina Culhuacán llegó a dominar el sur del Valle de
México y por su ascendencia tolteca dio legitimidad al pueblo mexica a través
del primer tlatoani de Tenochtitlán, Acamapixtli, descendiente de los señores
de Culhuacán.
Si bien actualmente existen pocos restos de
aquel glorioso pasado, con la llegada de los europeos también arribó la
evangelización, así que durante la época colonial se fundó y construyó este
majestuoso monasterio que hoy nos alberga, las cruces del apostolado que
actualmente se encuentran en algunos barrios y el primer molino de papel de las
colonias españolas. No obstante, también es importante acentuar el hecho de la
conversión, pues como consecuencia de la conquista espiritual se empezó a
transformar aquel sentido religioso que ya tenían nuestros antepasados. Todo
ello empezó a manifestarse a través del renombramiento de los antiguos calpulli, surgiendo así los barrios que
estando ya bajo una advocación de un Santo católico, contribuyeron al
sincretismo que hoy es la base de nuestras tradiciones, y por ende, de nuestra
identidad.
Durante el siglo XIX muchas de las tierras de
Culhuacán fueron absorbidas por las haciendas que se establecieron a los
alrededores, si bien éstas dieron trabajo a la gente de la comunidad también
fueron la causa de un sin número de problemas, conflictos que durante el
Porfiriato se potenciaron y las reclamaciones agrarias se convirtieron en una
de las demandas más importantes de la revolución; acontecimiento histórico que
en Culhuacán se manifestó a través de la presencia de zapatistas, carrancistas
y mediante la participación de algunos culhuacanenses como Ángel Romero Ortega,
Santos Diez-Barroso, José Castro y Próspero García.
Para la tercera década del siglo XX los
habitantes de Culhuacán recuperaron gran parte de sus tierras de cultivo, sin
embargo, éstas les fueron nuevamente quitadas en la década de los sesenta para
conformar lo que hoy son Unidades Habitacionales. De esta forma aquel pasado de
tradición agrícola que Culhuacán mantuvo desde la época prehispánica se vio
alterado y en menos de 40 años ese paisaje pintoresco lleno de manantiales,
ojos de agua, cultivos frescos, vastas chinampas y fluidos canales que aún
recuerdan nuestros abuelos, termino.
Hoy en nuestro territorio es evidente
observar el cruce de avenidas como Tláhuac o el Eje 3 oriente, además del
distribuidor vial de avenida Taxqueña y la Línea 12 del metro. Si bien estas
construcciones han dado un panorama urbano a nuestro pueblo, éste ha logrado
tener gran permanencia gracias a su fuerte identidad que se encuentra sumamente
arraigada a través de la fe al Señor del Calvario, las mayordomías,
tradiciones, fiestas y peregrinaciones.
El camino que nuestros antepasados han
recorrido para conservar a nuestro milenario pueblo no ha sido fácil, pese a
ello lo importante es reconocer que los barrios de Culhuacán (Los Reyes, San
Antonio, Culhuacán, La Magdalena, San
Juan, Santa Ana, San Francisco, San Simón, San Andrés, Santa María Tomatlán y
San José Tula) han sabido adaptarse y sobrevivir. Por lo que hoy en este día de
fiesta además de conmemorar nuestra vasta historia, monumentos y cultura, también
debemos celebrar esta subsistencia; continuidad que las nuevas generaciones
estamos dispuestas a seguir.
A partir de este día adquirimos un
reconocimiento de suma importancia, condecoración que ha sido posible gracias a
las autoridades, a la comunidad y a diversas personas que han trabajado por
Culhuacán a lo largo del tiempo, sin embargo, no debemos olvidar que con este
nombramiento también adquirimos una gran responsabilidad que nos compromete a
seguir trabajando en favor de nuestro pueblo.
Finalmente así como en nuestro significado de
pueblo sabio transmitimos la cultura tolteca al imperio mexica, ahora también
como el primer pueblo del Valle de México demos ejemplo de unión, compromiso,
tradición e identidad a los demás pueblos del Anáhuac, por lo que hago un
llamado a todos los presentes a que en conjunto sigamos conservando a este
urbanizado pero vivo Pueblo de Culhuacán.
Luis Daniel Rosas
Martínez
Miembro de Grupo
Cultural Culhuacán
Cronista de Culhuacán
Barrio Mágico
Culhuacán Jueves 7 de junio del 2012