viernes, 7 de junio de 2013

A un año del nombramiento de Culhuacán como Barrio Mágico

El 7 de junio del 2012 en torno a las celebraciones del Jueves de Corpus Christi y la Festividad de la Santísima Trinidad, Culhuacán fue reconocido como Barrio Mágico de la Ciudad de México. A un año de tal acontecimiento publicó el mensaje que en aquel día tuve oportunidad de pronunciar como Cronista de Culhuacán.

MENSAJE DE BIENVENIDA A LA CEREMONIA DE ENTREGA DEL PERGAMINO QUE ACREDITA AL PUEBLO DE CULHUACÁN COMO
BARRIO MÁGICO TURÍSTICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO



Buenas tardes.

Es para mí muy significativo abrir este evento tan importante que sin duda alguna quedará guardado en nuestras mentes y estará presente a lo largo de nuestra vida y en la de las futuras generaciones.

Formalmente les doy la bienvenida a todos los que hoy nos honran con su asistencia a esta ceremonia festiva a nombre del Pueblo de Culhuacán y sus barrios, y del Comité Pro Barrio Mágico. En especial, agradecemos la presencia de la Delegada de Iztapalapa Clara Brugada Molina, del Secretario de Turismo del Distrito Federal Carlos Mackinlay, de los representantes del gobierno y demás autoridades e invitados especiales.

En este día quizá a muchos les surge la pregunta de ¿Por qué Culhuacán ha sido tomado en cuenta para recibir este reconocimiento?, a lo que yo contestaría con tres conceptos: por su historia, su patrimonio y por su identidad.

Culhuacán al ser fundado en el 670 d.C. ha sido considerado como el primer pueblo de la cuenca de México, pues en este 2012 está cumpliendo 1342 años de haber surgido. Su nombre conlleva el significado de ¨lugar de culhuas¨ o ¨cerro torcido o inclinado¨ debido a su relación con el cerro Huizachtepetl hoy conocido como Cerro de la Estrella. Durante la época precolombina Culhuacán llegó a dominar el sur del Valle de México y por su ascendencia tolteca dio legitimidad al pueblo mexica a través del primer tlatoani de Tenochtitlán, Acamapixtli, descendiente de los señores de Culhuacán.

Si bien actualmente existen pocos restos de aquel glorioso pasado, con la llegada de los europeos también arribó la evangelización, así que durante la época colonial se fundó y construyó este majestuoso monasterio que hoy nos alberga, las cruces del apostolado que actualmente se encuentran en algunos barrios y el primer molino de papel de las colonias españolas. No obstante, también es importante acentuar el hecho de la conversión, pues como consecuencia de la conquista espiritual se empezó a transformar aquel sentido religioso que ya tenían nuestros antepasados. Todo ello empezó a manifestarse a través del renombramiento de los antiguos calpulli, surgiendo así los barrios que estando ya bajo una advocación de un Santo católico, contribuyeron al sincretismo que hoy es la base de nuestras tradiciones, y por ende, de nuestra identidad.

Durante el siglo XIX muchas de las tierras de Culhuacán fueron absorbidas por las haciendas que se establecieron a los alrededores, si bien éstas dieron trabajo a la gente de la comunidad también fueron la causa de un sin número de problemas, conflictos que durante el Porfiriato se potenciaron y las reclamaciones agrarias se convirtieron en una de las demandas más importantes de la revolución; acontecimiento histórico que en Culhuacán se manifestó a través de la presencia de zapatistas, carrancistas y mediante la participación de algunos culhuacanenses como Ángel Romero Ortega, Santos Diez-Barroso, José Castro y Próspero García.  

Para la tercera década del siglo XX los habitantes de Culhuacán recuperaron gran parte de sus tierras de cultivo, sin embargo, éstas les fueron nuevamente quitadas en la década de los sesenta para conformar lo que hoy son Unidades Habitacionales. De esta forma aquel pasado de tradición agrícola que Culhuacán mantuvo desde la época prehispánica se vio alterado y en menos de 40 años ese paisaje pintoresco lleno de manantiales, ojos de agua, cultivos frescos, vastas chinampas y fluidos canales que aún recuerdan nuestros abuelos, termino.

Hoy en nuestro territorio es evidente observar el cruce de avenidas como Tláhuac o el Eje 3 oriente, además del distribuidor vial de avenida Taxqueña y la Línea 12 del metro. Si bien estas construcciones han dado un panorama urbano a nuestro pueblo, éste ha logrado tener gran permanencia gracias a su fuerte identidad que se encuentra sumamente arraigada a través de la fe al Señor del Calvario, las mayordomías, tradiciones, fiestas y peregrinaciones.

El camino que nuestros antepasados han recorrido para conservar a nuestro milenario pueblo no ha sido fácil, pese a ello lo importante es reconocer que los barrios de Culhuacán (Los Reyes, San Antonio, Culhuacán,  La Magdalena, San Juan, Santa Ana, San Francisco, San Simón, San Andrés, Santa María Tomatlán y San José Tula) han sabido adaptarse y sobrevivir. Por lo que hoy en este día de fiesta además de conmemorar nuestra vasta historia, monumentos y cultura, también debemos celebrar esta subsistencia; continuidad que las nuevas generaciones estamos dispuestas a seguir.

A partir de este día adquirimos un reconocimiento de suma importancia, condecoración que ha sido posible gracias a las autoridades, a la comunidad y a diversas personas que han trabajado por Culhuacán a lo largo del tiempo, sin embargo, no debemos olvidar que con este nombramiento también adquirimos una gran responsabilidad que nos compromete a seguir trabajando en favor de nuestro pueblo.

Finalmente así como en nuestro significado de pueblo sabio transmitimos la cultura tolteca al imperio mexica, ahora también como el primer pueblo del Valle de México demos ejemplo de unión, compromiso, tradición e identidad a los demás pueblos del Anáhuac, por lo que hago un llamado a todos los presentes a que en conjunto sigamos conservando a este urbanizado pero vivo Pueblo de Culhuacán.


Luis Daniel Rosas Martínez

Miembro de Grupo Cultural Culhuacán
Cronista de Culhuacán Barrio Mágico 

Culhuacán Jueves 7 de junio del 2012